Windsor

Este elegante restaurante de la Diagonal destila sofisticación y clase, y poner los pies en su agradable comedor, en alguno de sus exquisitos salones privados, en su bar o en la encantadora terraza-jardín es sentirse en el interior de un clásico, dicho esto en el más amplio sentido de la palabra. Windsor es ese lugar old school, con las paredes repletas de obras de arte, que nunca falla, que trabaja todos los detalles con precisión suiza para que el cliente se sienta como en casa. Ese lugar en el que, en su día, cenó Beyoncé en su paso por Barcelona.

A su magnífico edificio, sus techos altísimos y esa inyección de sofisticación bien entendida que nos saluda nada más entrar por la puerta hay que añadir una cocina impecable, basada en el recetario tradicional catalán pero con toques contemporáneos aplicados siempre en su justa medida. El chef Carlos Alconchel y su equipo se pasan horas creando y probando platos, siempre con la obsesión de aprovechar los productos de temporada y proximidad que son marca de la casa en Windsor, la mayoría de los cuales proceden de un productor cercano. Y que toman forma de platos tan apetitosos como saludables, desde las ostras a los arroces y un buen surtido de carnes y pescados.

Su bodega, con más de 400 referencias, es una joya por descubrir que ha sido galardonada con el prestigioso premio Cartavi.